Donde nace el extremo,
y rompen olas de esplendor,
ahí espero ese enverdecer,
sofocante lluvia, vertiente hermosa,
vida futura...
Graznidos rojizos,
nudos enlazantes,
malos despertares,
mermados, oníricos, malnacidos,
mis sueños de cielo...
Mi dulce, mi fuego,
mi arco, mi veneno..
Goteo, me adentro,
genero, boicoteo..
Cual mil juglares andantes,
villaverdes, rumiantes,
venero esta rosada tierra de cantos,
de manjares.
Ya puedo verme parado
cual hombre endurecido,
añejo, violáceo, doloroso,
entuerto y divino..
Esquivando criaturitas
de rizos y caras simpáticas,
tropezando en esa alfombra
repleta de juguetes.
Estrepitoso tu rostro
me encierra en pétalos,
me asesina en miradas,
me alimenta, me seduce,
enfunda, enciende y dispara..
Oídos de oro bailotean,
parlotean, empalman, engendran,
mientras el núcleo gira eterno,
celoso, tan tonto y enamorado..
Me sorprendo riendo,
enfrento maldades, entiendo disculpas,
me elevo en tus risas,
en tus voces, en tus siestas,
me llena ese arcoiris casi bermellón
que es tu destino.
Casi fantaseo al pensar un futuro distante,
parejo, fuerte, borroso, sutil, mancebo,
casi me altero en este presente tan firme,
queriendo llegar a ese lugar de conquista..
Unida a mí enseñamos,
enervamos, engendramos,
enmendamos, encontramos,
enamoramos.
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