sábado, 15 de octubre de 2011

Rojinegro



Gañapo un vistoso mandarín
supo cortejar divinas
y compró vastos montes de maravilla,
creando, vistiendo.

Grita ese escuálido monstruo en vientre,
dejado, no valorado, corto y baboseado,
la calle no responde a su caminar
ni el aire permite
que ya respire...


Pregunta cómo alguna vez sintiose
magnánimo, derribador de penurias,
y corroe por pasillos de sangre cautivante,
buscando esa gota, no roja,
sino transparente..

Esa lágrima.....
La que su alma prometió que nunca más echaría.


El sucio arquero llamado Recuerdo y Anhelo,
sube a su montaña y diestro, atraviesa este pecho,
sin dudar y sin piedad.

El caminante diurno, sangrante por izquierda,
no para de sollozar, cautivar por unos ojos
verdes amarronados, como selvas pulposas
en mapas de terciopelo.

Ya no corro y doy con hechos.

Ya te extraño en caminares,
ya necesito tu presencia,
la cual me hizo su Dios
durante hermosos largos años,
ya perdidos..


Cuánto prefiero ese
corroído e infértil color rojizo
del recuerdo,
ante la inquietud y el desasosiego
del morboso e inquietante color negro
de la soledad..


Imagino aún tenerte,
esclavo en formas tuyas,
y nuestra hija felina maúlla sabiendo
que tu dulce fantasma ronda estos pasillos
y prepara mis comidas...


Quizá tal vez
vuelvas??


Lo rojo que es mi corazón,
mi izquierda, mi débil,
se retuerce en sábanas de memorias,
ruega esos labios y esa compañía
que ya nunca está, ya nunca aparecerá...

Lo negro que es mi razón,
mi derecha, mi fuerte,
lucha ante demonios sórdidos,
no cae en desesperanza y persevera
por labios nuevos y mentes afines....



Una derretida y maltrecha vela apagada
visita al herido en arenas,
conociéndolo devuelta
como hace centurias..

Se roban un dulce e inocente beso...

Finalmente reconoce su dulce andar...


Es nada más que su vieja decisión
de andar solo...


Pero lo que el rojinegro quiere,
desea con todo el corazón
es que vuelva su amor
de hermosos años..

Su dulce alma llora y desconsuela.

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