Terciopelo rojo, tan hermoso,
rodeado de bella noche oscura,
entre sauces verdes sollozo inquieto,
sigo esa candente fogata rojiza..
Fraternos ojos horizontales
flotan entre neblinas,
me destapo sábanas tan sofocantes,
surco raíces de tentáculos deformes.
Solo la última logra frenar mi corrida,
soy tan sólo el barro en el que me estrello.
Me entierro
en esta caída de tierra inaudita,
desnucando entre suelos,
provocando ver esa maravilla.
De entre lo llano
me sorprende la golondrina
fija en su asiento,
penosa y ardiente,
casi carcajada.
Voy corriendo
entre nubes filosas
de carnes oblicuas,
donde tus ojos deslumbran
ese amanecer potente..
Desde la raíz
crece mi planta,
vive entre tierra dura y estrecha,
florece en un sin fin de emociones,
enverdece el valle de las vanidades...
Sigue esa viuda negra sentenciando,
sonríe en su desempeño,
me permite tan solo el tacto,
me juzga en el frío más nítido...
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